Pensé que podría evitarla
no escucharla,
y hacerme la ausente
pero
creo que la ofendí,
cuando regresó a atacarme
con aún, más fuerza.
No hubo victorias pasadas
que valiesen la experiencia
de haberla conocido
y alguna vez,
vencido.
Parecía la primera vez,
incluso cuando la conozco
tanto,
y tan bien.
Con un reproche de más
le bastó para ahogarme
hasta perder la razón.
La habitación es zona de guerra
creo que son las 5 AM,
mis manos me buscan
al despertar,
es sólo un reflejo
pues quiero saber si estoy completa.
En su esperanto decía:
"A veces es mejor no evitarlo,
que dañarte
jugando a ser equilibrista.
No te pido nada,
solo que sueltes,
sentenció."