Al final del viernes 25, un día después del huracán, Stephanie Mora y su hijo, Ian, esperaban la llegada de víveres con otros miembros de su familia frente a su casa en el centro de Upala.

Ante una nueva alarma de cabeza de agua, Luis Herra optó por evacuar su casa en el centro de Upala para buscar terreno más alto en Bijagua. Afortunadamente, la alarma fue descartada horas más tarde. 25 de noviembre del 2016.

La alarma de otra cabeza de agua a las 11 a. m. del viernes  ocasionó el regreso de cientos de personas a los albergues, junto con las pertenencias que pudieron rescatar.

Al anochecer del viernes, el único rastro que Juan Ramón Martínez tenía de su bisnieta, Bianca Pichardo, eran sus zapatos, que encontró en los escombros de una cabeza de agua que cobró la vida de la niña y la de su madre, Vanessa Argüello, la noche del jueves en Bijagua de Upala.

Desde la mañana, vecinos regresaron a sus casas y negocios en el centro de Upala para revisar los daños del huracán, recoger sus pertenencias y rescatar a sus mascotas.

El centro turístico El Ángel fue el principal foco para la búsqueda de Vanessa Argüello y su hija, Bianca Pichardo. La casa de las fallecidas estaba a unos 300 m ladera arriba.

"Desde hace cuatro años, el grupo comunal Dulce Navidad organiza una fiesta, regala confites y decora un árbol para los niños de Guayabo de Bagaces. Este año, la fiesta se realizó a pesar del impacto del huracán Otto en la comunidad, pero una parte de la decoración se quedó en la bodega, pues los miembros del grupo también fueron voluntarios en la atención de la emergencia. Este venadito navideño quedó guardado junto con cientos de bolsas de víveres y fue capturado por el lente del fotógrafo David Bolaños como una metáfora triste, aunque esperanzadora, de las últimas semanas". La Voz de Guanacaste, 20 de diciembre del 2016.