De aquello que haciamos cuando pequeños, ocultarnos tras las cobijas, escondernos en cajas o  jugar a ser otro pequeño monstruo... esas lucha de perdernos y sublimar nuestros miedos; nos llevo a ofender lo que alguna vez el monstruo pudo llamar amistad y que ahora llamamos "felicidad".

 

Sin embargo la lucha nocturna, las pesadillas y esas jugarretas que este pequeño creian inocentes; se habian convertido en habitaculos laberínticos .... nos convertimos pues, en pequeños cazadores de fragmentos desconocidos, en busca de algun producto de esa lucha, tan solo una pelea de amigos distantes conocidos, que solo querían jugar y reir.

 

Inocentes mundos destruidos por el miedo, levemente incrustados en un trofeo, falacia de la conquista, eventos imposibles, que juegan a imaginar ser tan solo un pequeño nectar de ensoñación.