El martes 30 de abril tuve el placer de ser invitado por la Parroquia San Juan Bosco y Santo Domingo Savio a participar en una jornada junto a los pibes del barrio Don Bosco, en la ciudad de Córdoba. La idea era compartir un día especial en el que pudiéramos plasmar nuestra creatividad en las paredes mediante un mural colorido.

Desde el momento en que llegué, sentí la energía y la alegría de los niños y jóvenes que se reunieron en la parroquia. Nos pusimos manos a la obra, equipados con pinceles, pinturas y una gran dosis de imaginación. A medida que el mural cobraba vida, los colores y las formas artísticas inundaban las paredes. Fue un proceso colaborativo en el que cada pibe dejaba su huella, aportando su estilo único al proyecto. Las risas y las conversaciones crearon un ambiente de muy agradable.

Al final de la tarde, contemplamos con orgullo y felicidad el mural que habíamos creado juntos. Era un testimonio tangible del poder de la comunidad, del trabajo en equipo y de la capacidad de transformar espacios grises en obras de arte que inspiran y embellecen nuestras vidas. Me sentí agradecido de haber sido parte de esta experiencia.

¡ Muchas gracias por visitar !