La escultura “A man” representa una mano simbólica de la que sólo

se observan los cinco dedos que emergen de la hierba en el parque

de Belvís. La palma de esta mano simbólica se esconde (metafóricamente)

bajo la tierra y sólo son visibles cinco dedos monumentales,

monolíticos, que crean un espacio de acogida en su parte central, en

la tierra que se extiende entre los dedos y sobre la palma.

En este sentido cobra una relevancia especial no la escultura en sí

misma sino el espacio que contiene esta mano que, a modo de ágora,

trata de reproducir los principios de una plaza pública. La escultura

ha sido ideada respetando los principios de la escultura pública y tratando

de integrarla en el paisaje del Parque de Belvís, casi como una

forma de Land Art. Se trata de una mano que emerge del suelo, que

forma un espacio de reunión, de acogida, de reflexión y de socialización

en su centro. A su vez es una mano que puede ser tocada, usada,

subvertida, reinterpretada y sentida en su textura y su composición.

Al igual que una mano que toca y que puede ser tocada esta no es una

escultura que se aleje de las personas con un pedestal o que represente

una figura histórica de poder. Es una escultura que emerge de

la tierra para entrecruzar sus dedos con el paisaje y con las personas

que deseen utilizarla y disfrutarla.

Material: Hierro. 

Ocupa un espacio de 6 mts de diametro y tiene una altura máxima de 3 mts. 

Escultura Pública parque de Belvís (Santiago de Compostela). 

2015